Un día en Hondarribia, un alto en el camino
He estado un par de días en Hondarribia. Ha sido un alto en el camino. Una parada a mi rutina. Me aloje en el hostal el Obispo. Un buen lugar situado en una bonita plaza en el casco histórico. He podido pasear por las calles y observar detenidamente las fachadas de sus casas. Quiero destacar de este mi estancia en esta localidad guipuzkoana la calidez que he visto en la gente. Nos han tratado de maravilla sobre todo en la cafetería Amona Margarita, donde pude disfrutar de un rico pan que lo hacen ellas mismas. Hemos disfrutado de unos buenos vermús regados con un buen txakoli, todo un lujo. Me ha gustado ver la ropa tendida en las casas, creo que es un buen distintivo de que lo habita su gente, aunque también hay casas que no se disfrutan a diario. Afortunados aquellos que pueden tener en este lugar una vivienda. En un paseo en solitario mire en el escaparate de una tienda de marionetas, en el interior su artesano trabajaba en una ellas. Me pregunto cómo se llamará, c